El maletín o porta documentos de caballero es un accesorio que a par de útil denota un status para quien lo porta. Habitual entre ejecutivos, su imagen está indisolublemente unida a la de una persona a la que le gusta transmitir una imagen de practicidad pero también de seguridad y de elegancia.
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¿Por qué llevar maletín?
Porque necesitamos llevar nuestros documentos de una forma segura y no da buena imagen transportarlos en algo que no sea acorde con la importancia que tienen. Un escolar puede (y debe) usar una mochila y quizá un ejecutivo pueda usar una mochila para transportar ficheros desde su casa al trabajo, pero no dará buena impresión si se presenta ante un cliente importante y empieza a sacar documentos y contratos de una mochila que se acaba de bajar de la espalda y aún más, la mochila no suele ser rígida, por lo que puede llegar a arrugar un documento vital aunque sólo sea en las esquinas. Los maletines, por su rigidez, protegen mejor los documentos.
Hoy día, como ya hemos comentado, el maletín se asocia mentalmente con un profesional de alta cualificación y es un complemento elegante para él. El maletín habla de nosotros en cuanto lo sacamos y nos representa cuando no estamos. Elegir un buen maletín, acorde con nuestro puesto de trabajo aunque ligeramente (muy ligeramente) diferente al de nuestros compañeros, es una baza.
¿Con qué combina un maletín?
Depende de la forma y el color, pero desde luego lo que conocemos como un maletín (no lo confundamos con una bolsa, macuto o mochila) está ideado para acompañar al trabajo a un hombre (o mujer) con traje. Los marrones con bolsillo suelen combinar mejor con ropa más casual o sport. En ese caso las cintas bandoleras son un buen añadido, pero nunca entres en una reunión de trabajo formal con el maletín en bandolera.
Si quieres además tener un pequeño plus de elegancia, procura que tus instrumentos de escritura (bolígrafo, pluma, Etc) concuerden en color y estilo. Un buen maletín negro queda mejor si sacas de él una estilográfica negra que un bolígrafo bic mordisqueado.
Consejos para elegir un buen maletín
- Asa grande, suficiente para nuestra mano (y como cada uno tenemos una talla distinta, hay que probarlo antes).
- Color negro o azul muy oscuro. Si se va a usar ropa sport, puede usarse el color marrón.
- Exterior predominantemente liso. Si tiene bolsillos, que estos no sobresalgan de la solapa que cierra.
- Forrado en cuero o material sintético similar.
- Tacto rígido, para que los documentos no corran ningún riesgo de arrugarse.
- Esquinas reforzadas.
- Compartimento principal grande pero con solapas a un lado para documentos que se necesiten extraer rápidamente.
- Porta bolígrafos-plumas interno. Los instrumentos de escritura no deben rodar sueltos por los documentos.
- Cierres resistentes y de llave o combinación.
- Que se pueda poner de pie, es decir, mantenerse erguido cuando lo apoyamos sobre su base.
- Cinta bandolera escamoteable si es que la lleva. Las anillas para fijar la bandolera deben ser resistentes pero lo más discretas posibles.
- De un tamaño que como mínimo quepan folios de tamaño a4 y una tableta o un ordenador portátil de 12 pulgadas.
Lo que nunca debe llevar un maletín
- Colores estridentes.
- Estampados (figuras pintadas).
- Pegatinas.
- Pegatinas.
- Objetos dentro que lo deformen
- Los bolígrafos o plumas sueltos dentro de forma que suenen al moverse o manchen.
- Bandoleras de distinto color.
En definitiva, el maletín es una forma elegante de llevar nuestros documentos y enseres de primera utilidad a nuestro trabajo y que además nos permite transmitir una imagen de elegancia y seguridad en nosotros mismos. Elegir un buen maletín es un acierto por cuanto va a formar parte de nuestra carta de presentación e incluso nos representará donde lo hayamos dejado cuando no estemos presentes.
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